Cuando uno lleva ya unos cuantos meses, y ve que la economía
se puede sostener con un pequeño margen de beneficio, va poco a poco dándose
pequeños caprichos. Aprovechando también que se han podido recoger beneficios
sobre lo presupuestado en los meses anteriores, uno se puede permitir el lujo
de cocinar sólo con aceite de oliva. Y es que cuando uno pone el aceite de
oliva a calentar, ya sabe que aquello va a saber diferente, va a tener un toque
mediterráneo que no hubiera tenido per se.
El lunes di una de mis últimas visitas como turista por
Estocolmo. Gonzalo se iba, y aprovechando que su vuelo era tarde, fuimos por la
mañana a disfrutar de la capital sueca. Y digo como turista, porque a la
llegada de Edu el sábado, me gradué finalmente como Guía turístico en
Castellano y Catalán de la ciudad de Estocolmo. Empiezo a conocerme más las
calles de Estocolmo que las de Villena, y eso ya es decir (ni que Villena fuera
Nueva York).
Obviando los temas banales como el fútbol, que ya sabemos
que a ningún español le interesa ya, el jueves estuvimos celebrando la salida
de Alan del hospital, y como mejor que con comida de su tierra. Josi y Kasia
nos prepararon una cena mejicana. Lo mejor fue que no eran los típicos burritos
y nachos, sino una masa crujiente con una “embarrada” de frijoles y un cocinado
de verduras y carne encima. Como no, no podía faltar el toque de picante. Es curioso,
que mientras uno prepara la salsa y tritura el chili, el picante le llega hasta
la garganta. Los mejicanos tienen una forma especial de decir “no fastidies” o “no
jodas” hablando en plata, que creo me apropiaré a partir de ahora. Creo que es
más divertido decir “no manches” que los famosos “Caspitas”, “rayos y truenos”
o sucedáneos.
El viernes era fiesta internacional, muy importante para los
suecos, Midsommar. Se trata de una especie de Navidad veraniega, donde hasta el
ICA e IKEA cierran, así que ya os podéis imaginar de la importancia. La tradición
es subir el Maypole, que simboliza el pene de la fertilidad, y bailar alrededor
el baile de la Ranita. Es algo curioso ver a padre que llevan a sus niños a
bailar alrededor de un falo erecto, pero esa es la tradición. El baile es
bastante divertido, y más si estás con amigos de erasmus.
Tras la llegada de Edu el sábado, visitamos el museo de
aviación el domingo, y el resto de la ciudad. A la entrada del museo, me
comentaron que la próxima vez podía entrar como guía, porque al ritmo de
visitas que iba…
Edu se quedará hasta el miércoles, y hay una exposición de
Harry Potter en Norrköping, así que creo que ya os podéis ir imaginando el plan
de esta semana.
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