1 y 1 no siempre son 2

Tal y como nos había pasado en Junio de 2012, volvíamos a tener problemas de gente. Se acercaba el final de temporada de 2013 y las bajas por lesión o por erasmus tenían que suplirse. Esta vez, las ausencias eran superiores y haría falta un mayor esfuerzo para conseguirlas. Pero no nos pasaba únicamente a nosotros, el Senior y Sub21 también tenían problemas de gente, y el colegio solo permitiría que jugaran 2 equipos de basket los sábados por la tarde, por lo que tocaria juntar equipos.

Tras varias reuniones, coordinación de basket decidió juntar los antiguos equipos de Sub25 y Senior. Ahora faltaba el entrenador. En mi regreso al basket manyanetiano, había ido a un ritmo de entrenador por año casi casi, algo que realmente no es muy beneficioso para un equipo, pero algo que es peor es que la gente no haya jugado nunca juntos y que sean nuevos, ya que toca adaptarse al resto y aprender la forma de jugar que tienen.

Finalmente, consiguieron fichar a Andrés, un entrenador que venía de una época fuera del deporte debido a una lesión, y que prometía dar el máximo, a pesar de no estar 100% seguro de volver a estar al nivel que estaba.

En cuanto llegué del verano, el capitán y amigo, me comentó que la plantilla ya tenía 12 jugadores, y que debido a que a mitad de año me marcharía, sería el jugador número 13. De todas formas, me comentaba que hablando con el entrenador a lo mejor se podría rotar o incluso tener ficha para cuando alguno fallara.

Cuando hablé con el entrenador, me comentó que estaba dispuesto a que siguiera entrenando, que no había ningún problema (cosa que le agradecí enormemente), pero que no le gustaba hacer convocatorias, y por lo tanto que no tenía cabida en el equipo. Realmente, fue una espinita que se me quedó clavada, que después de tantos años jugando en mi colegio, no se me permitiera jugar, pero si algo valoro de los entrenadores, es que todas sus acciones sean coherentes entre ellas, y que sigan un mismo criterio, así que lo acepté. Me propuso disputar un amistoso de pretemporada, que valoré de gran modo como mi último partido con el CB Manyanet.

Los dos equipos, tanto senior como sub25, venían de temporadas desastrosas. El senior había descendido y el sub25 lo habíamos perdido casi todo durante el último año. Era más fácil contar victorias que derrotas. Además, las incorporaciones externas, tampoco venían de temporadas brillantes. Uno, cuando va leyendo estas linias, va pensando:

1/2 Equipo con mentalidad perdedora + 1/2 Equipo con mentalidad perdedora = Equipo con mentalidad perdedora

Pero aquí es donde entra la figura del entrenador. No estaba dispuesto a que esto pasara, quería cambiar la mentalidad, pero no era algo fácil.

El que os escribe, es asiduo a ver videos motivacionales por internet, y es muy fácil leer y decir: "Hay que levantarse después de cada caída", pero no es tan facil hacerlo. A veces, es necesaria una figura externa que te apoye, que de ánimos, y que muestre confianza en ti y el equipo. Y esa fue la principal misión de Andrés.

El primer resultado no ayudó, con una primera parte de -20, la mentalidad ya recordaba partidos del año pasado, pero Andrés seguía ahí, y durante la segunda parte se dio la cara y se jugo de tu a tu al rival. No fue hasta el primer partido en casa que, con la ayuda de holigans en la grada, se remontó un partido que en la primera parte estaba perdido, a base de triples y jugadas en equipo. Andrés se lo estaba pasando pipa en el banquillo, me atrevería a decir que era el que más disfrutaba.

La mentalidad empezaba a cambiar, se veía sonreír a los jugadores sobre el campo, cosa que hacía mucho que no pasaba. Se había cambiado la forma de pensar, pero los resultados no acompañaban.

Fue a raíz de la desafortunada lesión de un compañero, que iba a estar como mínimo 6 meses de baja, que le propuse al entrenador, que en caso que creyera conveniente, me incorporara al equipo como fichaje de invierno y jugador número 12. Sus palabras fueron: "Has venido a entrenar y has sido constante durante estos meses, creo que es justo que te dé esta oportunidad".

Y así volví al CB Manyanet, volví a disputar partidos con el que ya era un equipo diferente. Era increíble lo que había conseguido una sola persona en pocos meses, cambiar la mentalidad de todo un equipo, y transformarla para crear un EQUIPO GANADOR.

Tras 7 jornadas en las que he podido participar, con un balance de 6-1 (y al Pedagogium le pudimos haber ganado de no ser por los últimos 2 minutos), me marcho a Suecia con la tristeza y rabia de no poder acabar una temporada que seguro acabará redonda para el Senior de CB Manyanet. Espero que Xavi, el nuevo fichaje de primavera, se pueda reincorporar, y el año que viene, en septiembre cuando haya vuelto, poder formar parte de este Equipo Ganador.

Andrés, ese entrenador que no viene del Manyanet, y te enseña que a veces no hace falta pasarse el día gritando para hacer que tu equipo gane, sino simplemente acompañarle, darle ánimos y meterle caña para que las cosas, simplemente, vayan rodadas.Gracias Andrés.

¡¡SOM-HI MANYANET!!

Si se va partido a partido, se puede llegar a fases.