Siempre que uno se va de viaje o se va a vivir fuera un
tiempo, siempre intenta comparar la cultura del país donde está y a la de
destino. De esta forma, uno empieza a investigar sobre qué tiempo hará en su
futura residencia, que comida tienen, cuál dejan de tener, que suelen hacer en
su tiempo libre, si el alcohol es muy caro… ya sabéis, esas cosas que todos
miramos. Pero siempre hay una que nos dejamos. Sí, parece muy obvio y una
tontería, pero nunca habréis pensado en las peluquerías.
Nunca he sido alguien que haya intentado estar a la última
moda en los looks de mi pelo, y los que me conocéis lo sabéis de sobras, pero
hombre, de eso a llevar el pelo rapado va un paso. Con el pelo cortito basta. Siendo
chico, lo bueno que tiene es que si a uno le cortan el pelo de una forma que no
le gusta, luego pasa la maquinilla y algo se arregla, pero no es lo más
deseable, y ese es un temor que siempre está ahí, como acabará quedando. Y es en estas situaciones cuando uno echa de menos a su peluquero, o en este caso peluquera, Cristina.
Con más dudas que seguridad, cojo la bici a primera hora de
la semana para ir a la peluquería de Linköping más barata de todas, que hacen
precio de estudiante. Porque otra cosa a comentar es que además aquí es
carísimo. El primer problema es que el peluquero no tiene mucha idea de inglés,
pero llevo traducido un pequeño texto en español-sueco para que lo entienda:
Jag älskar kort hår, men utan att använda elektrisk maskin. Det viktigaste är att tömma håret, ta bort volym, lämnar den korta. Benen är bra så länge, bara ta volym. Jag vill ha korta lugg och skalning.
Lo que viene a significar:
Quiero el pelo corto, pero sin utilizar maquina eléctrica. Lo más importante es vaciar el pelo, quitar volumen, dejándolo corto. Las patillas están bien así de largas, sólo hay que quitarle volumen. El flequillo lo quiero corto y escalado.
Tras mirárselo con detenimiento, parece no estar muy
convencido. No acabo de tener claro que entienda el sueco tampoco, porque la
lleva tres veces que se lo ha leído de arriba abajo. Finalmente me dice:
-Pero la maquinilla no siempre rapa al cero.
-Ya pero prefiero tijera – le digo.
-Quedará bien, ya verás.
Al final le dejo que haga, al fin y al cabo, la última
alternativa es pasarla por toda la cabeza. Tras comentar cómo va la liga y
decirle que vivo en Barcelona, me acaba aclarando que él es del Madrid, y que
los del Barcelona pagan más. “La próxima vez me dices que eres del Madrid y ya
solucionado, pero hoy toca pagar más” me dice riéndose. Al final no me queda
tan mal, aclarando que la parte de arriba la hace con tijera.
-¿Usas gel o gomina?
-Pues normalmente no, pero echa.
-Mira, te voy a hacer el estilo de CR7. – parece que esto de
ser del Madrid lo lleva muy dentro – Aunque te pareces más a Isco. Ahora te
saco el contrato del Madrid ya.
La verdad es que al final el chico ha sido muy majo y el
corte de pelo no ha quedado tan mal. Lo más gracioso, es que en la peluquería tiene
una foto con una modelo colgada que es de la ciudad de Barcelona, y el chico no
tenía ni idea.
La semana sigue con tranquilidad, aprovechando para volver
al básquet y hacer la última clase de sueco. Finalmente, el sábado toca hacer
el examen. Que uno dirá, ¿no hay suficientes días entre semana para hacer un
exámen, que lo tienen que poner el sábado? Pues parece ser que no. Pero lo peor
es el horario. A uno se lo podrían poner a la hora de los señoritos, a las 10h
o a las 12h de la mañana, o incluso a la hora que quieras de la tarde… pues no,
a las 8h de la mañana se ha dicho.
Cuando uno entra a hacer un examen en Suecia, ve que es otro
nivel. A la entrada, te hacen un check-in como si de un avión se tratara
pasando la tarjeta de la universidad con una aplicación para móvil que tienen
las vigilantes. Y luego, para ser totalmente anónimo, te asignan un ID con el
mismo procedimiento una vez sentado. En medio del examen puedes tener descansos,
siempre que registres a qué hora sales y entras de la sala. Copiar no es tan
fácil porque no es anfiteatro sino grandes salas estilo pabellón con pupitres
conexos. Pese a ello, querer es poder, aunque está muy penalizado si a alguien
le pillan.
El examen en general no va mal, realmente no necesito los
créditos, pero siempre va bien ratificar que se ha aprendido algo de sueco para
poder ponerlo en el Currículum y tenerlo colgado en la pared, porque seamos
realistas, hay más gente que te puede entender hablando catalán que sueco en
cuanto a cifras se refiere.
El resto del fin de semana, aprovecho para hacer algo de
deporte, descansar y cocinar para el resto de la semana. Habrá que prepararse,
porque el jueves toca madrugar para ir a ver a la Sirenita.
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