Tras la primera semana acomodándome en mi nuevo hogar, llegó el fin de semana. El sábado lo aproveché para ir a IKEA con Cristina, que estaba recién llegada, y necesitaba comprarse varias cosas. También hicimos la compra semanal en el súper de al lado, aprovechando el viaje. De vuelta, fuimos a un corridor de españoles y conocimos a varios andaluces y madrileños.
La mañana siguiente la aproveché para descansar, así que con el despertador a horas tardías, me despierto y... sorpresa, aquí en Linköping a veces también se ve el cielo, y también es de color azul. El sol ilumina el domingo, y tras comer, habrá que salir a aprovecharlo. Hago una pequeña visita al lago Roxen, que está ubicado al norte de Linköping. Está helado, pero no lo suficiente como para andar por encima, así que mejor no hacer experimentos.
Durante la semana, establezco una rutina de ir a la biblioteca a trabajar en el proyecto de 9h-19h, y así poder tener un hábito de trabajo. El miércoles, tengo una reunión con el tutor, que queda sorprendido por poder tener una aplicación ya en marcha y funcionamiento. Espero para la semana que viene poder finalizarla y tenerla completamente operativa.
El jueves, después de comer, recibo un mail de la empresa de transportes: La caja está en camino hacia Linköping. Tras esperar por la tarde y tras cruzar varios correos, me acaban diciendo que la habían intentado entregar por la mañana pero no había nadie. Finalmente consigo que me la vuelvan a traer al dia siguiente, ya que cargar los casi 36kg desde la otra punta de Linköping era, en parte, un suicidio. Y finalmente me llega la caja, los fuets y el jamón que tanto estaba esperando.
El sábado tengo una comida con la gente de la clase de sueco, y como buen español no puede faltar una tortilla de patatas. El aspecto es mejorable, y a lo mejor le falta algo de huevo, pero los chicos sur-coreanos y la chica boliviana disfrutan de mi plato. Samu, pamplonica, también trae tortilla de patatas pero con lonchas de jamón encima. Los internacionales preguntan que si aquello es beicon o algo parecido. Ya les gustaría tener ese tipo de beicon a ellos... Por la tarde me pongo a ordenar toda la ropa de la caja y a dejar limpia la habitación.
El domingo toca torneo de fútbol. Organizado por ESN, nos juntamos en varios equipos y hacemos un mini torneo amistoso. No se si Suecia me hace más bueno, o aquí los internacionales no tienen mucha idea, pero mi nivel parece mejorado al que solía tener en Barcelona. Por la noche, tenemos cena de corridor, y hoy me toca prepararla a mí, así que repetiremos la tortilla. Esta vez, tras el consejo de mi madre de poner más huevo, me queda mejor. La acompaño de pan con tomate, y parece volver a ser un éxito para Anton y Andrew, que disfrutan de una tortilla como a mi me gusta: la patata crujiente y el huevo poco hecho.
Parece que esto empieza a ir rodado, y la rutina y el trabajo se establecen en el día a día. La temperatura nos está dando un respiro, porque la media semanal oscila los 4º-5º, así que no hace excesivo frío. Habrá que aprovecharlo.
Comentarios
Publicar un comentario