Cuando uno piensa en retos que ponerle a sus padres, a veces pensamos que llegarán con dificultades cuando uno apenas puede llegar a él. Si además, estos retos son físicos, las esperanzas se ven todavía más mermadas. Pero es en ese momento en el que llega tu madre, coge la bici y llega hasta Berg sin bajarse del sillín. Y es que después de hacer las cajas, toca día de relax en Berg para disfrutar del lago y el solecito. Tras hacer la ruta tradicional pasando por los campos y el mirador de aves, toca encarar la última subidita que lleva hasta Berg. Mi padre va con mi bici, que al tener un plato razonable podría costarle pero no debería tener problemas. A mí me cuesta algo ya que llevo una marcha muy dura. Cuando llegamos arriba, mi padre y yo nos miramos pensando lo mismo, “se bajará”, pero no, allí estaba ella, pedaleando como si no hubiera mañana hasta llegar arriba del todo. Solo hay una cosa que decir, ole tú. Tras llegar al lago y darme un bañito, preparamos un costillar a la
"La vida es aquello que pasa mientras planeas tu próximo viaje" por Pablo Insa Iglesias