Alábega, pólvora, pasodoble… ya huele a Fiestas. La Patrona de Villena se pasea por el Santuario a hombros de mujeres emocionadas por llevarla. Los fieles empiezan a llegar, y ya se cuentan por miles. Unos pocos afortunados sacan a la imagen del Santuario, en dirección a Villena. El paso es lento pero firme, ceremonioso pero alegre, de procesión pero con felicidad. Una marea de pañuelos rojos tiñen las espaldas de los romeros que la acompañan.
Hecha la Romería hace años, hoy prefiero esperarla a que llegue a los Salesianos, pero para ello hay que coger fuerzas. Concha nos prepara unos buenos gazpachos en el cuartelillo de Los Escorpiones, que dan energía para acompañar a la Virgen. Y antes de que uno se haya dado cuenta, ya está en los Salesianos. Tras una larga sobremesa y un tomillico en honor a nuestra patrona, nos ponemos en camino hacia la Iglesia, donde espera. Allí los festeros la recibimos con ganas y alegría, porque ello significa que las Fiestas de Moros y Cristianos se acercan y ya queda menos para el Día 4 que Fuera.
La pólvora empieza a recorrer las calles y los arcabuces dan la bienvenida a la Virtudicas. Los arcabuceros la reciben entre disparos mientras los miembros de la Junta la sacan a hombros hasta la corredera. El tambor empieza a marcar el pasodoble y la gente empieza a rodear a la imagen. El olor a alábega inunda las calles de Villena. La banda está ya formada y la Virgen frente a ella. Me uno a la Fila Calim8 para desfilar con la Patrona y nos ponemos pegadicos a los músicos para sentir el redoble en los riñones. El último tramo de la Romería arranca a ritmo de “Eres Morenica hermosa”. Las gargantas de los festeros a unísono llevan en volandas a la Virgen por la calle principal, mientras el pasodoble marca el ritmo mientras la gente de las calles se unan a la Fiesta villenera.
Con alegría, gozo y jolgorio recorremos la Corredera, y sin darme cuenta estamos ya en la Ibense. Al volver la vista atrás, un par de decenas de filas se han puesto entre la banda y nosotros. Hay ganas de fiestas, se nota en el ambiente, y la Virgen llama a salir a la calle. El recorrido se desvía en dirección a Plaza de las Malvas. La melodía ya no suena, y solo se oye el redoble del tambor marcando el tempo del desfile. Nada más precioso surge en ese momento que las gargantas se vuelvan a unir en una sola voz para dedicarle los cantos de las diferentes comparsas a La Morenica. Primero incitando a salir a las niñas al balcón, para ver pasar de Villena lo mejor y acabando por un Día 4 que fuera y lo pasao pasao. No olvidemos que, además de ser una Procesión para traer a la Virgen a Villena, también es una fiesta poderla tener ya en la ciudad y la alegría brota de los corazones, y que mejor forma que cantándole a la Patrona.
La plaza de Santiago marca el final de Fiesta. Mientras los alféreces ruedan las banderas de sus respectivas comparsas y los arcabuceros honran a su patrona, la Virtudicas da la vuelta a la Iglesia y sale por la puerta de la Iglesia para que los festeros la vean. El Día 4 se acerca, y a lo pasao pasao.
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